La llegada de ChatGPT al buscador Bing: revuelo en el sector legal
Hemos podido probar en los últimos días la última versión de ChatGPT insertado en el buscador Bing. Como todos ya sabemos a estas alturas, OpenAI, propietario de ChatGPT, está incluyendo su chat en el buscador BING con objeto de cambiar el paradigma de las búsquedas en internet.
Ya no hay que buscar, ahora preguntas. La conclusión: información precisa al momento. Realmente, el resultado es asombroso. El cambio es radical.
Las dos novedades, en comparación con el ChatGPT que hemos conocido estos últimos meses, son que puedes elegir un estilo de conversación (Más creativo, Más equilibrado, Más preciso); y que en las contestaciones se indica el origen de la información que aporta.
La primera aportación (elegir el estilo de conversación) tiene especial relevancia si tenemos en cuenta que la tecnología sobre la que está creado ChatGPT es la tecnología “Transformers”. Esta tecnología, a través de tres pasos (embedding, codificación y decodificación) consigue primero identificar cada palabra con una secuencia de números (embedding), para luego, una vez identificada, concretar el “peso” de cada palabra en el contexto de toda una base de datos (codificación), y finalmente predecir la palabra que por estadística tiene más probabilidad de ser la siguiente en la frase (decodificación). De esta forma, ChatGPT, a través de la tecnología Transformers, crea sin límite.
Y digo “sin límite” porque si no hay información sobre lo que le preguntamos, sigue creando, y por lo tanto, inventando. De ahí la importancia de que los estilos de conversación (Más creativo, Más equilibrado, Más preciso) nos den más seguridad. Por ejemplo, para preguntar dudas legales, como no queremos que se invente, sino que se atenga lo máximo posible a la literalidad de los textos con los que se ha entrenado, lo pondremos en su estilo «Más preciso».
Además, como indicamos, el segundo cambio es que indica la referencia y origen de la información. El resultado es asombroso, responde con precisión. Encuentra con detalle información que antes costaba encontrar al usuario mucho más tiempo. La mejora es evidente.
Ahora bien, ¿cambia algo en relación a las consultas jurídicas?
Como primera opinión, es claro el avance. Tenemos “antes” la información que tenemos en internet. Pero cualquier persona que quiera tomar una decisión en base a dicha información, la estará tomando en relación a un blog, una web de consultas que pueden tener información desfasada, una opinión sin fundamento en jurisprudencia, etc.
Es decir, dudo mucho que un asesor competente se atreva a contestar a su cliente en base de dicha información, porque conforme la voy probando cada vez encuentro más erratas. El problema que encontramos, en concreto, en el derecho laboral, es que cambia constantemente, por lo que una base de datos desactualizada totalmente (que es el actual internet) es un peligro para el usuario si confía en ella toda su seguridad jurídica.
Por lo tanto, el avance es claro. Tenemos “antes” la información. El peligro sigue siendo el mismo: no me puedo fiar de información desactualizada o de determinadas webs.
En otro orden de cosas, este cambio en Bing, con la inclusión de ChatGPT en su buscador, y la inminente salida al mercado de Bard (el modelo de IA generativa de Google), son un empujón espectacular para un uso masivo de la IA generativa por parte del usuario. Esto mejorará mucho el nivel informativo del usuario final, y eso siempre es positivo.
Ahora bien, volviendo al riesgo que sigue existiendo, el derecho tiene un principio básico que todos conocemos: se llama seguridad jurídica. Es evidente que no corremos el mismo riesgo en todas las áreas de consultas en internet. Hay cuestiones que no son esenciales en nuestra vida y un error en internet, en función del tipo de consulta que hacemos, puede no ser relevante.
En cambio, en el derecho, la seguridad jurídica significa que cuando das un paso en base a una información, debes estar seguro porque no tienes una segunda oportunidad. Cambiar de opinión puede suponer perder un cliente. Por ello, los asesores, debemos fundamentar de forma segura nuestras contestaciones.
De ahí que sea clave poder confiar en la información suministrada. Y por eso, si bien el resultado de Bing y ChatGPT es impactante, no olvidemos que lo único que hace (ojo, no digo que sea poco) es recortar el tiempo de consulta en internet y dártelo con precisión. Pero la información sigue siendo la misma: la que teníamos ya en internet (desactualizada, opiniones sin fundamento, etc).
En el área de Derecho que conozco (el Derecho Laboral), veo varias diferencias claves:
1. La primera, que en el Derecho Laboral debes tener acceso a la última sentencia que pueda haber modificado esa cuestión, por lo que es clave contar con una base de datos de la que parta la información que esté debidamente actualizada.
2. La segunda, que toda contestación jurídica debe tener el apoyo en un artículo legal y en la interpretación de los Tribunales del citado artículo. En Derecho Laboral, recibir una contestación sin apoyo legal ni jurisprudencial, no permite dar seguridad al cliente.
3. La tercera, es común que, aun estando actualizada y fundamentada la contestación en un artículo legal y una sentencia, también el usuario necesite consultar con un abogado laboralista un matiz de su caso.
4. La cuarta, tenemos constatado que, en un porcentaje de las consultas de nuestros clientes, es necesario además de jurisprudencia, contar con la opinión del organismo oportuno (INSS, TGSS, Extranjería, Casia, etc). La cuestión es que nuestros clientes no quieren ganar juicios, sino no tener problemas. Si luego tenemos un juicio, lógicamente querrán ganarlo. Pero la mayor parte de las consultas se hacen para evitar un juicio. De ahí que sea tan importante contar con la opinión de los organismos oportunos en cada caso.
En resumen, si bien es una gran noticia la llegada de ChatGPT en Bing, ya que generaliza el uso de la IA en las consultas del día a día, todo usuario prudente seguirá teniendo la misma piedra en el zapato que antes: la necesidad de más seguridad jurídica.
Joaquín Castiella Sánchez-Ostiz, CEO en LexaGo
Publicado en el número 49 de la revista Dirigir Personas.